lunes, 25 de abril de 2011

¿Feminista decolonial?

Mujer, construida por el patriarcado como todas. ¿Blanca, mestiza, negra, indígena? Blanca evidentemente no soy. Tampoco quiero serlo. Negra, aunque quisiera es difícil. Mestiza me han construido. En una suerte de conciencia histórica mestiza me he querido reconocer. Sin embargo el mestizaje es la ideología construida para negar lo indígena y lo negro. Así, he sido construida y me he construido inconscientemente negando al “otro”. El lenguaje puede ser trampa como sabemos las feministas, pero también es potencia para reinventar el mundo. Entonces, ¿mestiza, indígena? El mestizaje ha sido parte de la profundización de un proceso de desindianización que niega a los pueblos originarios de la tierra en la que nacimos, de la Pacha Mama que nos alberga. Vuelvo y pregunto: ¿indígena? ¿Pero qué es ser indígena? Fuera y dentro de Colombia mi apariencia física me delata. No soy igual a las mujeres de mi línea materna, más bien soy distinta. Soy más cercana a la apariencia menos clara de mi línea paterna. ¿Quizás Muisca? Volteo la mirada al pasado reciente y al lejano y me encuentro con Huitaca. Luna, mujer fugitiva, Lechuza. Huitaca muisca, hace días me habita desde la conciencia del arte y de mí ser sin haberle reconocido plenamente en la profundidad del lazo de la historia que nos une. Yo, mujer construida por el colonialismo y la colonialidad del poder. Mujer fenotípicamente específica, pero no mujer que se deja esencializar. ¿Qué es ser indígena? Mujer cruzada por el patriarcado y el colonialismo. Mujer educada en América Latina, como todas, para negarse mujer e indígena. Mujer re-andando el pasado para reinventarse diariamente. Mujer, feminista, decolonial. Mujer que escucha, dialoga y se pregunta: ¿qué tanto niega la idea de América Latina nuestro pasado ancestral? Las feministas nos han enseñado que lo que no se nombra no existe. Abya Yala llaman a este continente los indígenas cunas luchando por tener una propia representación, enunciación y control de un territorio ancestralmente suyo y arrebatado por el blanco español. Huitaca, apellido materno y paterno, linaje ancestral, árbol genealógico, ramas de un árbol que se juntan, hojas de esas ramas que resisten la violencia que como mujeres nos ha habitado y a la cual hemos resistido. Entonces también Antígona. Mujer que viaja a lo más profundo de su ser, en un viaje interior, ancestral, que también es colectivo.
Bellota Huitaca

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