Eso gritaron las mujeres en la reciente movilización del M-15 en Bogotá. Esta iniciativa de la sociedad civil española que ha invitado a tomarse las plazas públicas, ha tenido lugar también en las diferentes embajadas de España en el mundo. Con diferentes consignas, este movimiento de sectores de la sociedad civil española ha querido expresar su hastío por la falta de una democracia real o por lo menos, más cercana a su realidad. Podría decirse que como muchas de las manifestaciones sociales, tiene un trasfondo legítimo: inconformidad, agotamiento y necesidad de expresarle a gritos a la elite que algo pasa y hay que actuar; que la crisis por la que atraviesan no es solo una cuestión de números, que la ciudadanía no es una mercancía y que la protección de los derechos es un asunto de primer orden. Tal como muchas marchas de una sociedad tan activa como la colombiana, o como muchas otras de los pueblos indígenas, o las más recientes en el medio oriente, ahí estuvieron este grupo de españoles y españolas, en plantón, con carteles y marcadores, pero había una diferencia….
Era una consigna particular, a modo de advertencia: “La lucha será feminista o no será”. Con firmeza este cartel, se sostenía como todos los demás, esos que mandaban a “Zapatero a hacer zapatos”, o los que exigían “menos recortes sociales y más recortes militares”. No creo en una sociedad modelo, pero comparto con este grupo de personas que en efecto, las luchas por una sociedad justa, libre e igualitaria se dan completas, o mejor no se dan. Este grupo no hablaba primero de “lo urgente” y luego de “lo importante”; no estaban pidiendo pan, pensando que los derechos vendrían por añadidura… Me da gusto ver la trascendencia del feminismo que nos ha enseñado que nuestras luchas son por un mundo más igualitario y con derechos, es decir, por un mundo mejor del que nos beneficiamos todas y todos.
Burbuja
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