viernes, 6 de mayo de 2011

Monstruación

Cerré la puerta tan duro, cerré los ojos tan fuerte, que solo me quedé en un respiro profundo. Tenía tanta rabia, tantas ganas de llorar… Un día difícil. Me dolía el cuerpo entero. Dos o tres días después, llegó sin decir nada, y como siempre ahí estaba yo para recibirle, de nuevo, estaba lista: me había llegado el periodo. En la TV me cantaban “siéntete también feliz en esos días” y con voz empalagosa prometían estar “28 días contigo”… y me pregunto ¿es que ahora tenemos que sentirnos felices o tristes de acuerdo al calendario? ¿No me puedo emberracar también cuando tengo el periodo? A pesar de que nuestra menstruación, es inevitable, saludable y vital, extrañamente resulta teniendo atribuciones no tan positivas. Por un lado, le echamos la culpa de todo “eso debe ser el periodo”, haciendo que nuestras razones se deslegitimen de repente. Sabemos de estos cambios hormonales que nos suceden una vez al mes, pero poco hay dicho sobre la testosterona que siempre está allí, variando a su antojo para justificar oportunamente cualquier acto violento... perdón, valiente. Tampoco sé por qué de esto hablamos tan bajito. Nos convierten en monstruas de sangre azul con demostraciones de toallas que vuelan. Nos presionan para mantener en secreto, lo que nuestro cuerpo jamás podría callar ¿acaso no dicen que la sangre es “escandalosa”? No más mujeres de sangre azul. Es roja como todas las sangres. Quizá por el hecho que sea de exclusividad de las mujeres, esta experiencia tiene tantos apellidos. Tal vez si nos sucediera a ambos sexos, seguro sería tan simple como orinar (que también es un ciclo fisiológico). ¡Benditos tampones, cuánto los amo, cuán cómoda me han hecho la vida! Invito a todas las mujeres, a seguir admirando sus cuerpos, sus cuerpos únicos, a imaginar su útero, sus trompas, sus ovarios, a imaginar el movimiento de cada uno de sus óvulos. Las invito a arrebatarle a ese monstruo todos sus poderes, para derrotar cada cólico, cada prejuicio, cada idea ignorante. Las invito a escuchar nuestro adentro, a escuchar nuestro cuerpo cuando nos dice sencillamente que seguimos vivas. Burbuja

2 comentarios:

  1. la verdad lo q mas odio es ver las propagandas q le frustran a uno en un momento tan especial

    ResponderEliminar
  2. Es nuestro cuerpo el primer territorio de fuerza y de empoderamiento. Q no sigan hablando por nosotras!

    ResponderEliminar